Sutil oferta
Desearía que mi alma te fuera tan
ligera
como las hojas largas
de los álamos que se encienden de sol
por encima de los troncos cubiertos
de niebla –
Quisiera guiarte con mis palabras
por una avenida desierta, marcándola
de delgadas sombras –
hasta un valle de hierbas silenciosas,
al lago –
por donde silba la respiración del aire
en los juncos
y las libélulas se divierten
con el agua de los charcos.
Quisiera que mi alma te fuera
ligera,
que mi poesía te fuera un puente
sutil y firme,
blanco – sobre el oscuro desorden
de la tierra.
5 de diciembre de 1934
Fuegos de S. Antonio
Siento arder mi nombre en las llamas
de la tarde a la orilla
de una costa oscura –
y a lo largo del puerto estallan hogueras
de cosas antiguas,
de algas y de barcos
naufragados.
Y en mí ya nada puede arder;
sin embargo, en cada hora de mi vida,
aún –con el peso indestructible
del presente–
el corazón apagado de la noche
me persigue.
17 de enero de 1935
Traducción del italiano: Roberto Bernal
Publicado originalmente en La Tempestad (latempestad.mx) 20 de julio, 2022
Ph / Antonia Pozzi