Es el baile de la cadera a los pies. De la cintura a la cabeza, el cuerpo no baila; está rígido, como si las piernas, despiertas, llevaran dos cuerpos dormidos en un abrazo. Su mérito, como el del matrimonio, está en lo cotidiano, en lo usual sin sobresaltos. Baile sin expresión, monótono, con el ritmo […]