Verdi, Stravinski, Wagner: Isaiah Berlin en diálogo con Ramin Jahanbegloo

 

 

 

Fragmento de las conversaciones de Ramin Jahanbegloo con Isaih Berlin (1991)

 

VERDI, STRAVINSKI, WAGNER

 

JAHANBEGLOO

 

Hablemos ahora de Verdi. En Against the Current hay un ensayo sobre él .

 

BERLIN

 

Me apresuro a decir que Verdi no estaba «contra la corrien­te». Así que quizá me equivoqué al ponerlo en esa co­lección.

 

JAHANBEGLOO

 

Quizá no estuviera contra la corriente, ¿pero no es un músico típicamente herderiano?

 

BERLIN

 

No. Era un nacionalista italiano. Confiaba en Mazzini. Creía en el Risorgimento. Estaba convencido de que los italianos no debían seguir gobernados por Austria. Nabuc­co está dirigida contra los austríacos.

 

JAHANBEGLOO

 

Parece sugerir que para comprender la música de Verdi hay que conocer sus opiniones políticas.

 

BERLIN

 

Bueno, sin duda ayuda a comprender el espíritu de al­gunas de sus óperas. No creo en el simple acto de escu­char melodías. Creo que de una obra de arte hay que enten­der el concepto central, no sólo para disfrutarla sino para captar qué quiere transmitir el autor. Tomemos Rigoletto, por ejemplo. Se desarrolla en tomo a dos ideas: una es pa­dre e hija, relación central, y la otra es la repugnancia por los príncipes del Renacimiento. Arbitrarios y crueles: la obra de Hugo es una denuncia de los regímenes odiosos y los tiranos disolutos que pisotean los derechos de sus súbditos. De modo que las dos ideas fundamentales de Rigoletto son el republicanismo y el humanismo. De no comprender uno esto, la tomará como una mera sucesión de sonidos musicales. Por eso no me gustó la versión que hizo el director Jonathan Miller -hombre de gran talen­to-, transformándola en una historia de mafia en Nueva York, porque la seducción de la hija de un mafioso por otro mafioso no es para nada lo mismo que la seducción de la hija de un bufón miserable por el duque de Mantua; ésta tiene implicaciones sociales y la otra no.

 

JAHANBEGLOO

 

¿En qué sentido es Verdi naif?

 

 BERLIN

 

En el sentido de Schiller. Schiller distingue entre el naif  y el sentimentalisch.

Sentimentalisch no quiere decir sen­timental. Lo contrario de éste es el tipo de artista que crea naturalmente, que no siente el desorden trágico de la vida como una carga molesta, que no busca en el arte la sal­vación personal, como algunos la buscan en  la religión, el socialismo o el nacionalismo. En ese sentido Verdi no es sino un artesano genial munido de las ideas morales de su tiempo, firmes y sencillas: nada de tormentos trágicos. Fue un compositor maravilloso, un genio divino que crea­ba con la misma naturalidad que Homero, Shakespeare y acaso Goethe.

 

JAHANBEGLOO

 

¿Por qué dice que Verdi fue el último compositor naif de la historia de la música?

 

BERLIN

 

Dije eso, pero no creo que sea verdad. Puede que el últi­mo compositor naif haya sido Bruckner. ¿Y qué me dice de los músicos de jazz? Es muy probable que sean naifs, lo que pasa es que a mí el jazz me resulta insoportable, por eso no hablo de ellos. Para mí el jazz no es música.

Cuando Schiller dice naif se refiere a que la obra de arte esconde al artista. Cuando el artista y la obra son enteramente una sola cosa, no hace falta saber nada de la vida del primero para comprender la segunda. La obra misma lo dice todo. Lo cual es así en el caso de los artistas sentimemalisch: Baudelaire, Mahler, Wagner, Rimbaud.

 

JAHANBEGLOO

 

¿Cómo es que lo fascina más Verdi que los compositores rusos?

 

BERLIN

 

Porque Verdi es un gran compositor. Escribió sobre las pasiones humanas primariamente   y en colores primarios. Grandes compositores rusos no hay muchos. Los real­mente grandes son tres: uno es Mussorgski, otro es Chaikovski. el tercero Stravinski. ¿A usted se le ocurre alguno más? ¿Glirika, quizá? ¿Rimski-Korsakov? ¿Bo­rodin? No, sin duda.

 

JAHANBEGLOO

 

Sí. Prokofief y Shostakovich.

 

BERLIN

 

No. Son excelentes, pero no de la altura de Stravinski. Como Donizetti y Bellini no se pueden comparar con Ver­di. Stravinski era un genio puro, un compositor muy ori­ginal.

 

JAHANBEGLOO

 

¿Lo conoció?

 

BERLIN

 

Sí. lo conocí muy bien. Alguien nos presentó y nos en­tendimos perfectamente. Lo veía cuando venía a Londres a dar conciertos. También nos encontramos en Nueva York y en Venecia. Y una o dos veces vino a vernos a Oxford. Schoenberg y Stravinski dominaron la música moderna. Lo extraño es que los dos vivieron en Beverly Hills, a unos cincuenta kilómetros de distancia uno de otro, y no se en­contraron nunca. Seguro que fue deliberado.

 

JAHANBEGLOO

 

¿De modo que aprecia la música contemporánea, inclui­dos Berg y Webern?

 

BERLIN

 

Claro que sí.

 

JAHANBEGLOO

 

¿Y compositores clásicos alemanes, como Wagner o Mahler?

 

BERLIN

 

Podemos incluso ir al principio y hablar de Bach. Pero comparar artistas así es sencillamente imposible. Bach es el pan de cada día, algo absolutamente básico. Del pan uno no se cansa nunca. Yo no concibo la posibilidad de cansarme de Bach; en cambio puedo -bien que raras veces­-  empacharme de escuchar a Mozart. Sin embargo, no se puede decir que Bach es más grande que Mozart o Mozart más grande que Beethoven. Son especulaciones tontas: los mayores artistas creativos no son mensurables. Para mí, uno de los compositores más grandes es Schubert. El extraordinario pianista Alfred Brendel, que es amigo mío, me hizo comprender qué transmite, sobre todo el elemento trágico de sus obras.

 

JAHANBEGLOO

 

Lo entusiasman, pues, los compositores alemanes.

 

BERLIN

 

Por supuesto. Considero a Wagner un genio. He oído el Anillo cuatro veces. Es un logro fantástico aunque no me identifico con él. Si me dijeran que no iba a poder escu­char Wagner nunca más, no me sentiría infeliz. Pero creo que Wagner es un fenómeno capital, no sólo en la músi­ca sino en la cultura europea. Después de Wagner, Occidente no volvió a ser lo mismo.

 

JAHANBEGLOO

 

¿Lo considera antisemita?

 

BERLIN

 

Desde luego. Wagner era de una índole desagradable, pero para su arte esto es irrelevante. Lo cierto es que cambió la música occidental. Después de Wagner ya no se pudo escribir música como antes de él. E influyó radicalmente en las otras artes. La revue wagnerienne no se ciñó a la música: desplegó nuevos valores en la literatura y los demás fenómenos artísticos. Hay figuras como Rousseau, Marx o Wagner que, para bien o para mal, cambian las cosas radicalmente. Son personalidades mayores que es imposible obviar en tanto fuerzas que hacen época en la historia de la cultura humana.

 

STEPHEN SPENDER: SESENTA AÑOS DE AMISTAD

 

JAHANBEGLOO

 

Hoy estaba leyendo la autobiografía de su amigo Stephen Spender, World within world (Un mundo dentro del mundo) y encontré un pasaje sobre usted. Lo cito: «El interés que Isaiah Berlin tenía por la vida de la gente se fortalecía en la convicción de que él, por su parte, esta­ba alejado de las pasiones que la movían. Para él la con­ducta humana era objeto de fascinante indagación.»

¿Todavía es así?

 

BERLIN

 

No. Ni creo que alguna vez haya sido totalmente cierto. En la década de 1930 yo llevaba en el college una vida de monje, no vivía mucho en el mundo de alrededor. Ob­servaba a mis contemporáneos en toda clase de situacio­nes emocionales. Nunca pensé que fuera del todo inmu­ne a ellas, y después la vida me lo confirmó.

 

JAHANBEGLOO

 

Stephen Spender también dice: «Berlin era notable des­cribiendo a la gente con metáforas». ¿Es verdad?

 

BERLlN

 

Podría ser. No puedo decirle si es verdad o no.

 

JAHANBEGLOO

 

Según Spender, ustedes compartían una gran pasión por la música y fueron juntos a Salzburgo.

 

BERLIN

 

Sí, los dos amábamos -y seguimos amando- la música apasionadamente.

 

JAHANBEGLOO

 

Él dice que a usted le encantaban los cuartetos de Beethoven y también, sobre todo, Fidelio.

 

 BERLIN

 

Es verdad en mi caso pero especialmente en el de él. A los dos nos impresionó mucho el pianista Arthur Schnabel. En gran medida nos formó el gusto musical. En la década de los 30 tocaba en Londres, y nosotros íbamos a todos sus conciertos. Schnabel era un músico maravilloso. Sus profundas interpretaciones de Beethoven y Schubert transformaron nuestra visión de la música clásica.

 

JAHANBEGLOO

 

¿Usted toca algún instrumento?

 

BERLIN

 

No. Tengo un problema en el brazo izquierdo. Es una lesión de nacimiento. Así que nunca pude tocar… Habría podido, quizá, con el oboe o el clarinete, pero nunca probé.

 

 

Ramin Jahanbegloo / Conversaciones con Isaiah Berlin (1991) / Anaya & Mario Muchnik, 1993 

Traducción: Marcelo Cohen

Ph / Isaiah Berlin