Sombras en el Louvre
Publicada originalmente en 1927, Belfegor es una novela de misterio y aventuras escrita por Arthur Bernède (1871-1937), prolífico autor francés que, además de novelista, fue dramaturgo, libretista y guionista. El texto se sitúa en la París de entreguerras y gira en torno a una serie de crímenes y fenómenos sobrenaturales vinculados al museo del Louvre, donde una figura espectral —conocida como Belfegor— aparece reiteradamente para sembrar el pánico. La historia combina elementos de novela policiaca, folletín de aventuras y el género fantástico, integrando estructuras narrativas propias de la literatura popular del siglo XIX con una sensibilidad moderna hacia el espectáculo.
El argumento sigue principalmente al inspector Ménardier y al joven periodista Jacques Bellegarde, quienes investigan las extrañas apariciones del supuesto «fantasma» del Louvre. A medida que avanza la trama, queda claro que el espectro es en realidad una invención humana destinada a encubrir una conspiración criminal relacionada con una valiosa estatua egipcia. El ritmo narrativo es ágil y episódico, característico del folletín, y se apoya en una estructura de capítulos breves y constantes giros argumentales, que recuerdan a autores como Gaston Leroux (El fantasma de la ópera) o Maurice Leblanc (Arsène Lupin), con quienes Bernède compartía no solo afinidades estilísticas, sino también vínculos editoriales.
Los personajes se construyen en base a arquetipos clásicos del folletín: el joven héroe valiente e idealista, el villano enmascarado, el sabueso perspicaz, y una figura femenina ambigua que oscila entre víctima y conspiradora. Aunque no alcanzan una gran profundidad psicológica, cumplen con eficacia su función dentro del entramado narrativo. Jacques Bellegarde destaca como el protagonista activo que representa al ciudadano moderno enfrentado a un mundo de secretos, mientras que Ménardier cumple un rol más institucional y conservador.
Bernède escribió Belfegor simultáneamente como novela y como guion para una serie cinematográfica muda dirigida por Henri Desfontaines, estrenada también en 1927. Esta versión fílmica, compuesta por cuatro episodios, fue protagonizada por René Navarre (quien previamente había encarnado a Fantômas, en 1913) y gozó de gran popularidad en Francia. La interrelación entre literatura y cine era una constante en la obra de Bernède, cofundador con Léon Gaumont de la Société des Cinéromans, que producía obras pensadas para ser tanto novelas como filmes. Esta dualidad refuerza la dimensión serial y visual de Belfegor, cuyo diseño dramático anticipa estrategias narrativas del thriller audiovisual contemporáneo.
Si bien Belfegor no tuvo una influencia literaria de largo alcance, su imaginario sí resonó en otras disciplinas, especialmente en el cine y la cultura popular francesa del siglo XX. La imagen de un «fantasma» moderno oculto tras una máscara negra en un museo lleno de antigüedades conectó, de forma tangencial, con el surrealismo parisino de la época. André Breton, si bien no mencionó a Bernède directamente, sí se interesó por el potencial poético de espacios como el Louvre y por figuras fantasmales que emergen de lo cotidiano. El dispositivo narrativo de Belfegor —lo extraño infiltrado en lo institucional— guarda afinidad con algunas obsesiones del surrealismo temprano.
Dentro del conjunto de la obra de Bernède, Belfegor destaca por su combinación de misterio y modernidad. Aunque produjo más de 200 títulos, muchos de ellos protagonizados por detectives o bandidos como Judex o Belphégor (no confundir), pocos alcanzaron una repercusión sostenida en el tiempo. Comparado con sus contemporáneos, Bernède puede considerarse un artesano eficaz de la narrativa popular más que un innovador literario. A diferencia de Leroux, cuyas invenciones formales han sido más ampliamente estudiadas, Bernède no dejó una huella crítica duradera.
A pesar de ello, Belfegor permanece como testimonio relevante del cruce entre literatura de masas, cine mudo y cultura del espectáculo en la Francia de los años veinte. La figura del “fantasma del Louvre” ha sido retomada en adaptaciones posteriores —como la serie televisiva de 1965 protagonizada por Juliette Gréco, y la película de 2001 con Sophie Marceau—, confirmando su persistencia icónica. Aunque su importancia estética es limitada, la novela y su imaginario condensan un momento histórico en el que el mito, la tecnología y la cultura urbana comenzaron a entrelazarse de manera irreversible. La traducción de la presente edición de Valdemar es de Agustín Izquierdo.
Augusto Munaro
BELFEGOR de Arthur Bernède
Valdemar, España. 2019 (304 Págs.)
PH / Belphégor ou le Fantôme du Louvre (1965)