Marcia Schvartz: Vernissage vip / Seedy González Paz

El esnobismo no quiere saber nada con la verdad.

En el teatro social de Vernissage Vip, lo inmutable rige el escenario en que los habitués se pavonean como aves de corral, cacareando imposturas.

El juego entre los actores es siempre el mismo, aunque las caras cambien.

En el transcurrir de este corto de Schvartz / González Paz,  se nos muestra retratos sin la desnudez del rostro, máscaras fúnebres coloreadas de ansiedad: la excitación del hambriento, las ansias del coleccionista.

El arribista patético, el envidioso, el que tiene miedo, siempre.

Arquetipos espirituales,  como para ordenar el infierno.

Esa verdad que el artista grita,  padece- desagradable siempre- es acallada, negada  por el parloteo hueco de los participantes de la fiesta.

La sangre corre, invisible y pringosa, por detrás de las imágenes que, crueles, nos interpelan.

Todos miran,  nadie ve nada.

Buenos modales, cuchicheos, chismes que se susurran al oído.

Molicie de pensamientos gastados, pura superficie que devora y que la artista denuncia.

Dejemos, parecen decir Schvartz / González Paz, esos momentos en donde nada sucede, salvo el cruce de  miradas codiciosas,  sin satisfacción posible.

El Arte, y el prestigio que encarna para la manada.

Poseer la obra, presencia ajena y amenazante que se traduce al lenguaje de todos, se adapta al ojo de la cotidianeidad. Hasta que no molesta. La Marcia Schvartz de Vernissage Vip se resiste a ser parte de ese juego que se desarrolla a telón levantado.

La artista ve, a través de su obra,  el peligro. Lo detecta, lo embate, lo rechaza, como si fuera consciente de que la vacía aristocracia del arte es un propicio campo de batalla. Y que el artista es un guerrero. Siempre en peligro,  denuncia.

El de Vernissage Vip es un mundo frágil, un mundo de mentiras. El grito de la obra rebota en los cuerpos asfixiados de palabras malintencionadas, virulentas. Un aire de podredumbre en las sonrisas. Muecas desdeñosas, fijas.

El video de González Paz  funciona como el espejo de un mar promiscuo, sin metáforas.

Dinero, tintineo de monedas, fascinante decrepitud.

Arrobamiento  del que se entrega en público a la contemplación de la obra. Trance estético que la Marcia Schvartz de Vernissage Vip, con su ojo lapidario, desnuda y exhibe en la mesa blanca del festín.

Se plantea Vernissage Vip como el estado terminal del cuerpo vivo, un espacio que el sujeto en expansión creativa desea evitar a toda costa.

González Paz escuchó a Schvartz, y, al contacto con las formas, los colores, los trazos certeros y despiadados del pincel de la artista, dio forma a su nuevo trabajo.

El acontecimiento social se abre en zumbidos,  los actores insectos dan vueltas, sin salida,  atrapados en un presente feroz.

Sofìa González Bonorino