UNA MADRUGADA
Todavía no andan los trenes de Constitución
-señal de que ya queda poco sueño-
Pero ya los pájaros se cuentan
Que se acabará la noche
En breve
El resplandor del día
Tocará mi rostro
Sé que abriré el ropero para
Entrar al día canalla
Extrañaré tus lágrimas saladas de ayer
La delgadez de tus piernas al lado mío
La sombra de tus gestos
Balanceándose sobre mi cabeza
CORRUPCION
Habían nacido para morir pero
Insistían en vivir (insensatos).
A los rostros provectos ya no
Los atemorizaba la luz del sol, dañina.
La casa envejecía con ellos (de prisa)
En medio de una zona obstinada en no
Cambiar nunca o progresar moderadamente.
Los cuatro autos estacionados en el
Garaje sin salir nunca
Las dos docenas de
Gatos establecidos en el jardín –que caían
Víctimas cada tanto del rencor de los mendigos
Que vivían en la plaza de enfrente- eran detalles que
Les enajenaban el favor de los habitantes cercanos.
La miel de la indiferencia los empalagaba pero
Un poco menos que el secreto
Desprecio que impulsaba sus actos.
Muros en los que el diligente piar de
Los pájaros no hace mella y prosiguen
Su derrumbe inminente y siempre prorrogado.
LA EXTRAVAGANCIA DEL COLECCIONISTA
Podrían ser tan perdurables
Como mis viñedos o mejor
Mis helvéticas cuentas cifradas y
Si quisiera podría
Ordenarlos en una pila y
Convertirlos en una
Llamarada roja y criminal
Tampoco como venados que
Esperan en una larga mesa
Para ser devorados
Prefiero sin embargo que
Permanezcan en sus estantes
Sin contagiar las mentes de
La gente proclive a estas erradas
Ideas ¡bah! Erradas es poco
El término correcto es el de antes
Criminales quizás hubiera entre
Ellos algunos
Honorables que
Cayeron en forma parecida a
Un héroe de la Antigüedad o de
La Ilíada pero decir esto último es
Conceder demasiado al enemigo
Un enemigo que a veces pidió piedad o
Probó el recurso a una treta que
Le permitiera recuperar sus fuerzas
La carne nunca tiene la resistencia de
La letra impresa que siempre dice
Lo mismo sin contradecirse
El mismo idéntico discurso en
1905 y en 1983 ¡admirable coherencia!
Sublime huella de la página que
No conoce el llanto en la celda oscura
Sin embargo los tengo cautivos
De aquí no saldrán y sobre sus
Hojas no se posará ningún ojo incauto
Formaré otro Estadio Nacional con ustedes
Tendré prisionera a la polaquita de cutis
Pálido y pluma rápida lo mismo que al
Tártaro ruso cuyas obras completas en
Varias versiones decoran la parte
Alta de la biblioteca o al buen
Dzhugasvili -un estadista a pesar de todo-
Permanecerán encerrados el
Lisiado filólogo sardo así como el
Hebreo que le hizo un hijo a su
Sirvienta y jamás lo reconoció según
Apuntó certeramente
Misstress Kautsky
No serán como una
Botella de Dom Perignon ni una
Caja de cigarros Cohiba que
Quién los posee los consume
Jamás serán leídos por nadie
Quizás como un auto antiguo
En el que ya no se pasea y
Sólo se admira su línea
Un trofeo un fetiche
Es lo que son para mi
Están en calidad de prisioneros de
Guerra y sólo incitarán mi fiero
Sentido de la posesión y nunca
Mi intelecto que los odia a
Ustedes y a su progenie
Como lo he demostrado con
Testarudos hechos y un río de
Sangre dulce –pensaba una tarde de
Julio de 1983 mientras miraba
Caer la lluvia por la
Ventana de su despacho un
General cuyo nombre de pila fue Augusto y
Ugarte su apellido materno
Agosto 12, 2017
HEROICA
El contenido de la cuchara
calentada por un encendedor.
El pulso necesario para acertarle
un balazo en la cabeza a un
doberman a cien metros de distancia.
Esto no se aprende en la escuela.
Nada bueno se aprende en la escuela.
Sumar y restar (las variables proporciones
de los juicios humanos y su monto
pegado al dorso) quizás
sea lo peor.
Allí el único Señor es el Señor de la
Angustia (escondida y, de a ratos, revelada).
PACO
Me fui antes de que la tarde concluya.
Espero que las chicas se hayan salvado.
No estaba a mi alcance…
La gente se arracima alrededor de los autos y la sangre.
Recordé un momento antes de tragar eso las historias de la
Resistencia europea que me contó aquel alemán con el que una vez bebimos tanto.
Me sorprende ver a esos guarangos que siguen disparando contra el cuerpo en que habité.
Noviembre 2017
Alejandro Sosa Dias, Buenos Aires