
Si hablamos de cultura alternativa o libertaria en esta ciudad levantada de «cemento» sería más acertado usar la palabra «cemental». Así de iniciática y revolucionaria fue la movida que se inició en el mítico Café Einstein, donde el paradójico amanecer de la democracia sucedía de madrugada en una Buenos Aires sellada por el estupor en la piel de la guerra de Malvinas.
¿Te acordás de aquel 2 de Abril cuando todo lo diste, país?
Fue tres años más tarde en 1985, una fría noche de junio. Cemento abrió sus puertas, institucionalizando a contrapelo nuestra libertad.
Desde entonces ya no estaríamos tan solos, desde entonces ya teníamos patria.
En Cemento se cruzaban estéticas hasta el momento transitorias, también grupos, etnias o tribus sociales, y es allí donde se inscribe nuestra historia: del under al over.
Las artes plásticas, el teatro de operaciones, el varieté y la performance, incluso la moda y la literatura del fanzine o los muros del graffiti, y ni hablar de la música: desde punk al grunge y desde el pop al heavy encontraron en Cemento las coordenadas perfectas. Su cauce, su luz y su escenario.
El listado de artistas y visitantes que estuvieron en Cemento incluye a «innumerables otros» que, en las noches de martes comían de las ollas populares o asistían absortos a una fiesta nudista.
El teatro no conoció fronteras ni redes, del butoh a los clásicos amorales de Shakespeare.
El Rey Lear era representado en una bañera ubicada en el centro de la pista de Cemento, bajo el chorro de agua cayendo, inmutable, como un cenital frío y purificador.
El boca a boca, el ojo por ojo, el pie de a pie eran los difusores oficiales a través de un panfleto, de un aerosol, o de un fanzine. Con ese lenguaje, Cemento ofrecía resistencia.
Mucho ha cambiado, mucho de lo que fue prohibido, ahora es estudiado y venerado en los museos.
Las formas y los lenguajes inclusivos marcan un nuevo ritmo, aceleran los latidos en las redes. Pero siempre habrá fronteras que saltar, redes que entramar.
El formato web y las nuevas tecnologías nos abren a un archivo histórico que hoy emprende vuelo hacia el éter.
Desde el más allá al más acá, desde nunca tendríamos que haber partido.
Te amamos Cemento!
Sos la nostalgia del futuro.
Seedy González Paz
Buenos Aires 2019
Ph/ Seedy González Paz