Cuatro poemas / Eduardo Magoo Nico

Carpa quebrada

Las aristas de mi cuerpo
Yacen
Para siempre sin contorno
Puente
Tu lluvia y tu miedo y tu granizo
Gotas color el humo
Sobre ventanas de herrumbe
Rumores de laurel
El viento duerme
El olvido teje telas en la araña
Punta
Y zona de torrentes
Los pies desnudos de la bruja
En incrustaciones de reflejo real

Saber quién se es

Saber quién es
Ha sido siempre el privilegio
De la víctima
Conocer cuánto se puede soportar
Es el arma
(Que no se desenfunda)
No habiendo otros a la vista
Se escribe entonces por motivos inferiores
Pagando caro (a cuenta) el uso de cada palabra
El himen himeneo
Llama desde la podredumbre
Bajo el fragor de la hojarasca
Aunque ya no suene la siringa
Y el oboe melodioso
Haya tragado tanta tierra
Los muertos (ya lo ves)
No se cansan de parir y construir
Su propia muerte

Mientras los que están hechos como nosotros
Se empeñan siempre más y más en devorarse
Como espantado de mí mismo
Y de mi historia
Surco el aire a veces:
Así la huella del murciélago
Abrió esta grieta en la tarde

Variaciones sobre un tema

La verdad, es que cuando era chico
A mi el amor me arrasó
Yo me escondía a lloriquear detrás del piano
Las maderas gemían
Las cuerdas hubiesen querido consolarme
Los martillos golpeteaban en sordina
Y las polillas curiosas
Volaban a mi alrededor

Debo decirlo
A mi el amor me quemó
Yo veía en el cono de luz
Del único rayo que había logrado atravesar la persiana
Pequeños seres de polvo en suspensión
(Eran como diablitos)
Fue cuando quise tocarlos
Que el amor me atravesó

Las horas siguieron pasando iguales
Pasaron muchas, las Horas
(Que son un montón de hermanas)
Mi madre en la cocina continuaba repitiendo:
¡Cómo puede ser que no me reconozca!
Mis primas me miraban azoradas desde el corredor
Y nadie entraba a la habitación
Con su gran cama verde, perfecta
Donde yo, sin saber
Despertaba

Luego todo recomenzó
(Aunque, según mi padre, yo ya no era el mismo)
La escena se repetía:
Él amenazaba y golpeaba
Mi madre gritaba, mis hermanos sufrían
Y yo siempre me escapaba
Corría corría
Me escondía todo el día
Hasta que los vecinos salían a buscarme

Cuando me llevaban al campo
Me iba con mi amigo Alejandro
(Que era baqueano)
Y nuestros hermanos mayores
Salían a buscarnos
Una vez nos ataron a un árbol con alambre
Apenas podía
Igual yo me escurría
Me metía entre las leñas
Detrás de los galpones
Donde se esconden las iguanas
(Que me hacían lugarcito)

Desde mi escondrijo veía a mi hermana chiquita
Que jugaba sola y no sabía
(Ni siquiera mi madrina sospechaba)
Lo que a mí me sucedió
A mi el amor me devoró

La vergüenza ahora
Casi me arranca la carne
Pero igual voy a decirlo:
Me siguen atando con alambre
Y no soporto la vida
Que quieren hacerme hacer

Cuando era chico me escondía a llorar detrás del piano
Y el aroma de goma laca del lustre, me embriagaba
Las polillas ronroneaban en sus agujeros
Y alguna que ya me conocía, me decía
¡Nosotras te hacemos compañía!

Un día sucedió…
Vino una música y me salvó
Sí, vino una música y me salvó
Yo daba vueltas y vueltas feliz
Girando en el taburete de tres patas
¡Hasta el crack!
Mi padre amenazaba, y mi madre gritaba
Y a mi ya no me importaba nada
Porque, ¿quieren que les diga la verdad?
A mi la Música me salvó

Cuando no podía escaparme
Me pasaba el día con mi perra en la terraza
Las sábanas volaban y se rompían en el azul
Las botellas vacías hacían: buh, buh, buh
Y las baldosas rojas se encendían
Hasta volverse incandescentes
Entonces yo me metía en el hueco de los techos sobre el baño
Y espiaba por los ventiluces de las casas contiguas
Tratando de dilucidar algún misterio…
«Lady» mientras tanto, me cuidaba y me lamía (me lamía todo el día)
Porque ella sí sabía, que a mí el amor
Me había encontrado
Me había vaciado
Y que…

Mi padre también solía esconderse
Se encerraba a oscuras en el dormitorio
A tocar el bandoneón
Yo lo escuchaba sentado contra el marco
Con la oreja pegada a la tabla blanda de la puerta
(Que a veces quería hablarme, pero yo le decía: Shhh!)

Comenzaba siempre con el mismo tema
¡Pobre papá!
(Tal vez era una vieja melodía del abuelo Ernesto…)
Luego se perdía en tantas variaciones
Las notas formaban racimos entre rayitas variopintas
Y las armonías contrapuestas, trepaban por las paredes
Como la hiedra en el patio de atrás
Y hasta alguna que otra hojita
Se asomaba por debajo de la puerta
Para hacerme cosquillas en los pies…

Así, yo fui poeta.

Cuaderno Patria

Una continua sensación
(Irreparable)
Me traen los días vividos
En la ola del halago
Aquellos días
Que se me ofrecían
Como caramelos de carne

En la manzana de hule (Red Delicius)
En la visión expresa
En el fiore di poesia…
Y en esa tierrita
Que se amadreselva
Con los gerundios del aire
Hay una superficie aplatinada y divergente

Egregia en su función de intérprete
Con su frágil tubo maestro
El susurro de su voz
(Como un callejón ciego)
Se gemeló a la piel de mi bandera
Liberándome así
De mi propio pensamiento

Hueco perforado en la emoción
Vacío de alacena
Colgando de un gran lazo, en el abrazo
Me declara su Alarico…
(Cierro el pico)
Un plumón de negra pena
Vuela abriéndose en mis venas

Eduardo Magoo Nico
De: Servidumbres, La Cartonera Edizioni, 2022
Contacto con el autor: purosxcruza@gmail.com

Ph / Ansel Adams Rock and Grass, Moraine Lake, Sequoia National Park, CA, 1932