Una conformidad tenebrosa* / Arturo Serrano

*Sobre  Nuestra verdadera sangre de Agustín Caldaroni

Editado por Palabras Amarillas, 2019

 

Periferia y borde en estas narraciones de Agustín Caldaroni hacen al mismo tiempo de referencia geográfica y de propuesta de escritura: una prosa urbana deriva en prosa sub urbana, se podría decir prosa conurbana situada en el contexto real de Villa Insuperable. Esta mezcla de semánticas es decir también estilos de vida con estilos de escrituras. Los personajes son narrados y  narran a la vez un mundo que en un equívoco apurado se inscribe como marginal a no ser que accedamos como el libro un poco obliga a preguntarnos marginal con respecto a qué, cuáles márgenes si no están involucrados los propios.

 

Porque es esta clase de libros que son invitaciones al abismo, a la participación en la hecatombe: el sacrificio que saca nuestra verdadera sangre a la superficie, que al mismo tiempo es un encuentro ritual, un festejo, el pánico y la seducción del vértigo ante la destrucción del mundo. Una poesía narrativa cruda, bruta, visceral que da cuenta en la crónica con la que descubrimos a los personajes de las experiencias fuertes, hermosas, sórdidas, peligrosas que habitan los mundos invisibles de nuestro cotidiano subdesarrollo.

 

La referencia a la hecatombe como sacrificio es propicio jugarla tanto por eso que connota la sangre del título como por ese punto de partida y de llegada: el asado y la pileta. Y más este asado -no familiar, bucólico y tranquilo- el asado que desborda en sus libaciones, donde en algún punto todo se tensa y que también como en el sacrificio griego antecede a la catástrofe. En el medio historias contadas en capítulos desde el apoyo en personajes que van y vienen con sus existencias brutales: Tanque, Glauco, Chele, Berta y Fefé.


Nuestra verdadera sangre
por otro lado también ofrece una mirada salvaje ante la aceptación apacible de lo que llamamos realidad, ante nuestra pasividad  de vaca mirando el alambrado, la denuncia incómoda del entorno en que se vive  donde se respira una conformidad tenebrosa. No es un libro para entretenernos con vidas ásperas sin salir con cierta lastimadura, este realismo visceral de Agustín Caldaroni viene envenenado con preguntas necesarias para despabilar cualquier cómoda sobre adaptación con la que intentemos escapar de las preguntas sin respuesta:

 

¿Qué es lo que se nos niega? ¿Cuáles son nuestras posibilidades inaccesibles? Parece que somos la proyección de una estúpida  publicidad donde la gente vive en un país genérico, con una belleza regular, donde se respira una conformidad tenebrosa. Tal vez ya no podemos morir y esa es nuestra condena, si se nos cortase el cuello no moriríamos, solo chorrearía una triste baba plástica.

 

En ese entorno que es a la vez reconocible y artificio que es Villa Insuperable estará el lugar simbólico donde se sitúa un mundo de  mundos, que en este libro no puede ser nunca un mundo afuera del mundo porque es el mundo y veremos después de esta lectura desenfrenada en qué estado físico y mental llegamos para bailar mirando las estrellas en la fanfarria feroz que será fiesta de su destrucción.

Arturo Serrano, 2019