La noche aún no se fue,
Ya se vienen los haces
De un nuevo día falso,
Pleno de signos y un
Mal –tan banal como un
Sobre de sopa. Ella
Abre sus ojos en la
Penumbra del cuarto
Y se niega a salir de
La cama. Cubre de
Nuevo la cabeza. El
Oso de peluche en su
Cara –como si fuese
Un pequeño dios de la
Familia, un protector
Bajo las sábanas. Es
Inútil resistir y
Se lo hace a pesar
De todo. El sueño que
Nos duele dejar y los
mensajes de aquel Dios,
desconocido y tan
presente como un vaso
sobre la mesa. No se
levantará del lecho
y cubrirá su rostro
con la ropa de cama.
Sus quince años eluden
cualquier metafísica.
Alejandro Sosa Dias, 2020