No siempre el escuálido es el desenraizado linde de una barba de Guillermo I
atildada por Puck
el silbo de la ira lívida
parna de invectiva que alojó el falesio
lector, ad libitum, de Shelley o de Byron
resonero animal que ha de lanzar jacinto de fuego
para que nazca una artesa tras el retour des cendres
Viento norte cuánto has soplado
el cristal se sumerge más que el agua
hallaba el ofidio entre las rocas
psicagogía era el arte de conducir las almas
No siempre el escuálido ejerce gracias con el gnomo
es albanegra en tierra dorada
parna abjuración contra un milenio clásico
la absolución por el crisantemo oriental
no siempre supone la condenación paterna
la réplica en gesto de corista cálido
En velada de silabario insomne dibuja
toda la noche un rostro infuso
Viento norte no has dicho «Hang zum Unbegrenzten», diamante ilimitado
coalescencias de la luz y técnica del catastro
convergen en el crecimiento del sauce
multiplicará sin rendición las pruebas
quienquiere cristal excogita en sí un escuálido
el sexo prefigura bucles más suaves
la noche de un siglo hijo de los siglos
se torna vertical
hay más arpa en cristal que en agua
circulares mejillas
en un testáceo univalvo
cómo pensar su latido sin el crecimiento del sauce
comedir la hoja térmica
cuando cristal devora y las aguas se van a madre
Apuesta que en la rabiosa semilla del alba
cada rasgo confluya en antesala inequívoca
el alba es el instante más obscuro del cristal escuálido
desumergidas facies de un río de bucles
aquí hubo un cuerpo bajo dictado de diamante
ceniza húmeda crispa el cristal escuálido
trazos que esta vez no dicen soy abono de nodriza o
berreante caloyo
«mi autor es un escuálido jovial»
chisporroteo de quien sueña en fila
una eugenesia malva
o soy cristal cortante
para que el escuálido que leas advierta idénticas
mejillas oblongas de una ahogada o hermana
Luis Thonis / Publicado en El Innombrable N° 1, 1985