
“Siento las vibraciones y parto desde ahí”
Sonny Rollins
¿Te gusta Escandinavia?
Creo que es un lindo lugar, pero cuando estoy en Europa, después de un tiempo siento que es un lugar al que no pertenezco. Es lindo si uno está durante un tiempo por trabajo. En cuanto a vivir aquí, creo que me sentiría como si estuviera intentando entrar en una propiedad privada. No me gusta estar en lugares en los que no me siento bienvenido. ¡No quiero sentir esas malas vibras! En una conversación con Mal Waldron, él me dijo: “¿Por qué no vienes aquí y te quedas un tiempo?”, pero no sé si podría vivir en un lugar así. No estoy seguro si sería capaz de sentirme cómodo y seguir con lo mío.
¿Cómo comenzaste a interesarte por la música y el saxofón?
Me gustaba escuchar música. Siempre hubo un piano en la casa donde crecí. Mi hermano era un muy buen violinista. Tocó con la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh cuando terminó la escuela secundaria de arte y música. Era un gran músico. Solía escucharlo practicar siempre. Mi hermana tocaba el piano y cantaba en la iglesia. Obviamente a mí también me gustaba el piano y comencé a tocar. Mis hermanos fueron los que más estudiaron y yo, al ser el menor, absorbía esas vibraciones y comencé a tocar sin pasar por el proceso del estudio, fue algo natural. Como sabes, soy un músico más intuitivo y no tan formado como mi hermano. Así fue como entré en el mundo de la música.
¿Cómo evolucionaste?
Practicaba mucho, pero creo que cuando empecé a tocar ya había algo en mí. Era algo que podía expresar a través del saxofón. Una gran parte de mi talento, sea cual sea, es un don. Obviamente lo desarrollé y cuando me tomé esos años para grabar The Bridge, practiqué y estudié mucho y tomé clases de piano, clases de armonía y traté de prepararme mejor en esos aspectos. Pero básicamente es un don. Creo que es eso lo que me da la individualidad que tengo.
¿Tocas para ti, para los músicos o para el público?
Diría que toco por la música misma. Esta es mi primera aparición pública desde 1969. Una de las razones por las que dejé de dar conciertos fue porque llegué a un punto donde me di cuenta de que la música se había convertido en un trabajo y en una obligación y eso no me gustaba. Gastaba el dinero que hiciera falta para comprar equipos, ropa o lo que fuera necesario para dar una buena impresión y sumergirme en mi música. Todo lo hago por la música, sin importar el costo. Muchos dicen que tengo una gran energía, y es cierto, porque toco por amor a la música. Por ejemplo, una noche en un club nocturno toqué un set de tres horas y no sabían cómo bajarnos del escenario para poder cerrar. Es decir, cuando toco solo estoy pensando cómo transmitir mi música y nada más. El tiempo no me interesa. Quizás los músicos jóvenes no tienen la misma energía. Muchos de los músicos con los que toqué no tenían la misma clase de motivación. Yo creía que quizás tenía que ver conmigo o con que estaban trabajando para mí y que por eso tenía que estar más motivado que ellos.
Dime algo acerca de Bud Powell y Charlie Parker.
Claro, tú y yo conocimos a Bud cuando vivía en nuestro barrio. En mi opinión, Bud era un genio al igual que Bird. Eran intocables en lo que respecta a su talento musical. No se equivocaron en nada de lo que hicieron, lo cual es un logro increíble de alcanzar para un joven músico. Yo nunca lograré eso porque no soy tan buen músico como Bird o Bud, pero creo que el hecho de tocar con ellos y tenerlos cerca quizás me ayudó a intentar acercarme a ese nivel. Ambos eran increíbles.
Bird no solo era increíble en lo que respecta a su música; también fue mi amigo en una época muy importante de mi vida. Él me ayudó a salir de las drogas cuando era joven. Ese fue un punto de inflexión en mi vida. Cuando grabé el disco, Collector’s Items, con Miles y Bird, Bird se dio cuenta de que había recaído. No le gustó nada. Vi por primera vez que no le gustaba que consumiera. Caí en la cuenta de que estaba equivocado. Hasta ese momento pensaba que todo era juegos y diversión y que estaba bien consumir drogas. Más tarde, las dejé cuando él me mostró que ese no era el camino que debía seguir. Lamentablemente, cuando me recuperé quise agradecerle y decirle que había escuchado su consejo, pero el destino tenía otros planes y él murió antes de que pudiera volverlo a ver. Aun así, en ese momento me motivó a salir de las drogas.
Ya que mencionaste las drogas, ¿qué piensas de la conexión que siempre se hace de los músicos con el consumo de drogas?
Creo que es una exageración, porque las condiciones en las que trabajan los músicos en los Estados Unidos, la vida que llevan, el trabajo hasta altas horas de la noche en los clubes nocturnos los empujan naturalmente al consumo de whisky o de drogas. No creo que sea una parte integral de la música o que tenga algo que ver con la música en sí. Es un hecho que cuando uno trabaja en esos ambientes está más expuesto a esas cosas. Pero creo que decir que las drogas son una parte integral de la música o que todos los músicos consumen drogas es un error.
¿Qué opinas de la palabra jazz?
Estuve hablando con Yusef Lateef y él está en contra de la palabra jazz. Muchas veces se utiliza la palabra jazz en frases que nada tienen que ver con la música.*
Se ha usado para referirse a distintas cosas. En un momento se usó para referirse a la fornicación. Es una palabra desafortunada, ¿es posible eliminarla? No lo sé. Creo que intentar desterrar la palabra jazz es casi una batalla perdida.
¿Qué haces en tu tiempo libre cuando no estás tocando?
Hago mucho yoga para mantener mi cuerpo en forma. En una época estaba muy interesado en la filosofía, pero en los últimos años leí tantos libros de filosofía y fui a la India a estudiar yoga que ahora leo filosofía muy de vez en cuando. Tengo que estar de ánimo para hacerlo. Ahora quiero vivir un poco más y quizás más adelante atraviese un período donde quiera leer más. Más allá de eso no hago otras cosas que se destaquen. Mi actividad física es el yoga. Solía levantar pesas y hacer otros ejercicios intensos pero me di cuenta de que el yoga combina todo y puedo practicarlo en la privacidad de mi habitación.
¿Crees que afecta tu música?
Tiene un gran efecto. De hecho, leí lo que dijo Miles en la entrevista con respecto a por qué hace ejercicio y creo que yo me ejercito por las mismas razones. Ayuda a soplar mejor, mantiene el vientre plano y además es bueno para trabajar la resistencia. La actividad física afecta la mente y uno se siente feliz consigo mismo; automáticamente la mente se tranquiliza. No quiero engordar y dejarme estar. Veo como muchos músicos engordan y fuman cigarrillos; yo no quiero llegar a eso.
¿Alguna vez recibiste malas críticas?
Sí, tuve muchas críticas malas.
¿Te afecta?
Sí, claro. No tengo la mejor opinión de mí mismo; reconozco muchos de mis errores. A veces, con razón, señalan algo en lo que puedo trabajar. Pero por lo general, no me gustan las malas críticas porque afectan mi reputación, estén o no en lo correcto. Quizás señalan algo que hice mal o algo que no puedo hacer, que puede ser cierto, pero al mismo tiempo eso afecta mi situación económica. De alguna manera, tengo que recibir buenas críticas para poder trabajar. Por eso me opongo a las malas críticas. No quiere decir que no tengan razón; puede que sí; pero por lo general se equivocan.
¿Crees que nuestra música se originó en África?
Creo que sí. Me enorgullece decir que en mi música uno de mis puntos fuertes es el ritmo. Muchos músicos formados me han dicho que intentaron transcribir mis grabaciones pero no pudieron. Eso me hace sentir bien porque África es la reina de los ritmos. Sé que hay una conexión, especialmente en mi caso. Sin embargo, no puedo afirmar que toda la música proviene de África.
¿Eres religioso?
Hubo épocas en las que sí; luego me di cuenta de que estaba equivocado cuando se permitían cosas que iban en contra de lo que yo pensaba. Soy religioso, pero es difícil de describir porque cada vez que uno tiene la seguridad de que hay un Dios o de que hay una razón para todo, de que existe el bien y el mal, surge una circunstancia que hace tambalear esa certeza. No conozco a nadie que sepa realmente sobre religión. Nadie sabe nada. Me gustaría creer, me gustaría sentir que hay algo que vale la pena y que hay un Dios. Debo admitir que a esta altura de mi vida, no lo sé. Mis sentimientos más íntimos me dicen que sí pero es algo tan profundo que no puedo hablar de eso.
¿Qué piensas del uso de los instrumentos electrónicos en la música hoy en día?
Algunos de los sonidos son buenos. Siento que siempre, y cuando el artista esté involucrado, está bien. No quiero ver que las cosas lleguen a un punto donde se haga música con solo apretar un botón. Quizás ese sea el futuro, pero sería lo contrario a lo que estoy haciendo, por eso no me interesa. No me gustaría vivir en un mundo donde haya mucho de eso. El uso de un saxofón electrónico, un piano eléctrico o una guitarra eléctrica quizás sea una forma legítima de expresión si uno los usa bien. Me gustaría pensar que esta expresión surge gracias a la persona y no al instrumento electrónico. Mientras el músico lo utilice para expresarse, está bien.
Cuando tocas en concierto y cuando tocas en un estudio de grabación, ¿cambias tu técnica de alguna manera?
Cuando grabo, intento condensar todo; por lo menos era lo que hacía antes cuando las grabaciones eran más cortas. Ahora hay más tiempo. Si tuviera que grabar una canción de tres minutos, quizás intentaría dejar menos espacios. Por lo general, mis interpretaciones son siempre espontáneas. Intento sentir las vibraciones y parto desde ahí. Como no es algo planeado, mi técnica no cambia. Siempre estoy al mismo nivel.
¿Qué piensas de la lucha que están llevando a cabo los negros alrededor del mundo?
Volvería a los Estados Unidos porque creo que ahí está la base. Es muy cansador. Hace unos minutos te hablé de cómo me siento en Europa; siento que estoy en un lugar al que no pertenezco. En los Estados Unidos es difícil, y yo soy de esas personas que pueden encerrarse en sí mismas; por eso muchas veces elijo retraerme y no exponerme a la hostilidad de los blancos. Si uno va al centro a comprar un par de zapatos o lo que sea, uno sabe que se encontrará con provocaciones y burlas. Es molesto. Sé que es algo que hay que enfrentar, uno no puede simplemente retraerse y tratar de olvidar que eso existe.
Te confieso que hace unos diez años yo estaba muy a favor de fomentar la unión entre todas las personas del mundo y de cerrar la grieta entre los blancos y negros. Leía mucha filosofía y buscaba maneras de unir a todos. Me esforzaba mucho para hacer amigos. Pero ahora sé que como persona negra eso no tiene sentido porque no depende de mí; la persona blanca debe elegir si es amable conmigo. Si yo lo hago, esa persona puede decir que mi objetivo es estar mejor posicionado en el mundo. Puede considerarse algo egoísta. No puedo acercarme a una persona blanca predicando amor y unión porque lo puede considerar sospechoso viniendo de un hombre negro. ¿Entiendes lo que digo? La persona blanca tiene ese privilegio; yo no puedo hacerlo. Tuve que abandonar esa idea porque realmente no funciona. El acercamiento depende de la clase gobernante, por llamarla de alguna manera. Probablemente es ventajoso para los blancos estar arriba y mantener a los negros abajo así que, honestamente, no veo por qué una persona blanca querría cambiar las cosas.
¿Qué piensas de los músicos que incluyen aspectos políticos en su música?
Recientemente leí un libro de Frank Kofsky. Se llama Black Nationalism and the Revolution in Music. Tiene una foto de Coltrane en la tapa. El libro documenta algunos de los hechos políticos que han ocurrido hasta ahora. Menciona que yo fui uno de los primeros músicos de estos últimos tiempos que incluyó la política en la música. Por ejemplo, en mi composición “Airegin”, Nigeria escrita al revés, y también en mi Freedom Suite. No sé si la recuerdas.
Claro que me acuerdo. Oscar Pettiford tocó en ese disco.
Y Max. En la contratapa del álbum escribí que ya era hora de que los negros obtuvieran su merecido reconocimiento. Ese fue el motivo por el que escribí la suite. La escribí en un momento donde tenía una gran reputación y todos me elogiaban y me decían lo bueno que era. A pesar de eso, cuando tuve que salir a buscar departamento, me encontré con los mismos prejuicios. Mis discos eran elogiados, escribían artículos sobre mí en el diario y me sacaban fotos. Ahora cuando pienso en eso me doy cuenta de que era algo común que todos sufrían. En ese momento, me afectó mucho, ¿de qué valían todos los logros si al final para ellos siempre sería solo un negro? Esta es la razón por la que escribí la suite. También escribí un comentario en el interior de la contratapa: “La cultura de los Estados Unidos está profundamente arraigada en la cultura negra: sus coloquialismos, su humor, su música. Qué ironía que el negro, que más que ningún otro puede reclamar la cultura estadounidense como propia, sea perseguido y reprimido; que el negro, que ha ejemplificado los valores humanos en su propia existencia sea recompensando con falta de humanidad”.
El libro de Kofsky menciona que yo fui una de las primeras personas que comenzó a hablar de esto y a relacionarlo con la música. Ahora que lo pienso, esto es verdad; no había mucha discusión sobre el tema a pesar de que era algo que todos tenían presente, por supuesto. Sin embargo, de alguna manera creo que la música debería juzgarse por lo que es. Debe estar en lo alto por encima de todo. Es una hermosa forma de unir a las personas, un pequeño oasis en este terrible mundo. Si pienso así, debería evitar incluir la política en la música. Sin embargo, al mismo tiempo, muchas de las cosas que suceden son políticas. No sé exactamente cómo podría uno beneficiarse al reflexionar sobre esto salvo quizás el hecho de volver a conectarse con las raíces africanas o intentar lograr un sonido negro. Tendría que pensar un poco más para responderte esta pregunta.
¿Prefieres tocar en auditorios o en clubes nocturnos?
Prefiero en tocar en cualquier lugar que tenga un buen camarín. Me gusta poder relajarme entre set y set, especialmente si estoy en un club nocturno. Muchas veces me bajo del escenario y estoy empapado de sudor. Hay un club en Nueva York donde uno se baja del escenario y está cara a cara con el público. Los auditorios me gustan porque uno puede salir, tocar, luego regresar y refrescarse.
¿Estoy en lo correcto si digo que una de tus primeras influencias fue Coleman Hawkins?
Me gustaría pensar que sí porque él fue uno de mis primeros ídolos. Admiraba mucho su manera de tocar. Su enfoque musical y la música que tocaba con su instrumento. ¡Estaba tocando música!
¿Todavía te interesan los deportes con público como hace unos años?
Bueno, estoy algo alejado del boxeo porque vi peleas donde se golpeaba a uno de los boxeadores hasta destrozarlo. Me gustan las buenas peleas donde el réferi frena la pelea si uno de los boxeadores está recibiendo demasiados golpes. Yo solía alentar los golpes pero ya no estoy interesado en eso. Me gusta el béisbol; tiene un ritmo pausado; algo muy estadounidense. Crecí con ese deporte y aún lo disfruto. Me gustaría ir más seguido pero en los últimos años no estuve yendo a ver partidos. Iría si pudiera entrar en ese ritmo de nuevo.
¿Qué piensas de Muhammad Ali?
Como boxeador creo que es bueno. Al principio no me gustaba porque siempre me incliné por los boxeadores que podían noquear a sus contrincantes de un solo golpe, los de mano pesada. Creo que el hecho de que sea rápido es genial para un peso pesado pero a mí siempre me gustaron los boxeadores más directos. Más allá de eso, me cae muy bien. Me gusta cómo le dedica tanto esfuerzo a todo lo que hace. El hecho de que haya podido volver después de no haber peleado durante tanto tiempo es algo hermoso. Esa forma que tiene de lograr lo extraordinario es lo que me gusta de las personas. Eso es lo que admiro de él. Tiene una gran fuerza dentro de él.
¿Qué pensabas de Malcolm X?
Me siento identificado con Malcolm X de muchas maneras, porque me críe en la calle como él y, como sabes, me tropecé con muchas piedras cuando era joven. Creo que lo que hizo fue extraordinario. Al igual que él, yo intenté encauzar mi vida y no quedar estancado e intenté no tener problemas con la ley. En esas cosas puedo identificarme con él. Creo que es un tipo extremadamente articulado. Quizás debería haber defendido más al movimiento islámico. No sé si fue bueno que ninguneara a Elijah Muhammad. No sé si Elijah Muhammad era bueno o malo o si lo que dijo Malcolm era cierto o no, pero cuando uno es tan cercano a alguien, no está bien ponerse en contra y hablar mal de esa persona. Creo que fue demasiado ambicioso. Naturalmente me encantaba escucharlo hablar, pero también me gustan los movimientos estables y me gustan los musulmanes. Me gustaba el Padre Divine, ese tipo de espacios donde se forma un grupo y se mantienen juntos. En ese sentido, no me gustó lo que Malcolm hizo cuando se abrió y comenzó a hablar mal de Muhammad.
Para cerrar, me gustaría saber que planes tienes para el futuro, musical y socialmente hablando, si puedes resumirlo en pocas palabras.
Bueno, con respecto a la música, después de estar retirado por un tiempo quiero volver a tocar un poco más y también quiero desarrollar mi potencial. Dejé muchas cosas afuera. Logré algunas cosas pero de hecho creo que hay mucho más que podría hacer con mi música. Me gustaría grabar algunos discos, hace mucho no grabo nada.
En cuanto a mi vida personal, estoy en una etapa que creo que es muy buena porque solo quiero estar en un estado natural sin consumir alcohol ni ningún otro tipo de estimulante. También estoy en una etapa donde disfruto de la vida como es. Muchas personas me decían: ¿Por qué no disfrutas de la vida como es? ¿Por qué necesitas consumir drogas antes de tocar? No podía entender lo que me decían en ese momento. Sentía que quería consumir drogas antes de tocar. Me estoy dando cuenta de que puedo hacerlo sin los estimulantes – no solo que puedo sino también que quiero- y que puedo disfrutar de la vida sin beber whisky o consumir otro tipo de cosas. Es la primera vez que me siento así. Quizás sea porque tengo cuarenta y es la etapa donde uno pasa por esto, no lo sé. Si es verdad, quiere decir que podré explorar muchos otros aspectos de la vida. Quizás me abra la puerta a una manera completamente nueva de ver la vida. Es demasiado pronto para saberlo.
*Don’t talk about all that jazz
Athur Taylor / Kongsberg, Noruega, 24 de junio de 1971.
Traducción de Consuelo Elizalde
Ph / Guy Le Querrec: Sonny Rollins, 1965