
Plegar
Aclara: se leerá la letra
entrecortada.
La cabeza ida y vuelta
nos miramos
ida y vuelta suspiramos.
Sostenemos el sombrero
la respiración.
¿Cómo no ahogarse?
Parecieran hablar
los ojos.
Pero no todos juntos sino
uno por vez.
Pasar
de ojo de hoja de lengua.
Sacar
una
poner otra
del/en
el Libro.
¿Libro iría
siempre con mayúscula?
Sería un centeno un sustantivo
colectivo (sería)
un plural aunque tú
singular.
Si moviéramos las hojas
las aguas.
Como la vid
vida. ¿Cuál vida?
Bebamos agua de los mares
que se vuelva
dulce.
Flamean ayes
Que la lengua moje
detrás de las rodillas
delante de los codos.
Nos moje la frente
-se estire.
Que tu tututú de percusión
de sanación
moje el aire.
Que tu tututú de pie
acosquille
el sonido de los platillos
y la voz sondee la letra.
(Merodee.)
Balbulizia pronunciaste
-la cabeza baja-.
-¿Qué?
¿Qué escondía tu deletreo
tu deleite en letra sobre la lengua
el pan trenzado
guardado
entre los brazos?
La letra se movía
se abría la una de la una
y el líquido
-viscoso-
abejaba (miel).
Pastosa la frente
la fuente
el temblequeo
los renglones nuevos.
Flamean ayes.
Que tu tutututú
dé
en el punto.
Bermellón
¿Si se cierra la puerta
quién queda afuera
quién queda adentro?
¿Qué afuera qué adentro?
Tiraste las llaves
tiraste las letras. Caían
(caían ante mí).
Tres flores rojas
se forjaran. Un rojo
bermellón
pintaba el sueño.
Tres flores rojas
decías. Llevaste
las manos a los ojos
el cuerpo se movía
como lumbre
los ojos descubrían
tres vueltas
(circulares).
Las llaves
-su sonido de metal
de catástrofe-
derretían hasta las llamas
de las velas.
Barraban.
–Come la barra de chocolate
pequeña (pequeña sucia)–
salteaste el renglón otra vez
entornabas la puerta. Entonabas almacén
de la alegría.
(Siempre/abiertas:
por eso tan difíciles
de ver /esas
puertas-
rezaba el cartel.)
Su rojo oro
decías y quitabas
sílabas
bisagras
puertas.
Si se cierran quedarás afuera.
Si se cierran quedarás adentro.
Las mujeres se agolpaban a leer
a reír a volar a morir y volver
a nadar en el vasto espacio del sueño.
En cada garganta se formaban caras
de pájaros gargantillas para rodear
cuellos mundos.
Los pájaros cantaban la puerta es
un nido (escondido en la garganta).
Tres flores rojas bermellón
más sulfuradas
más aguas
más rojas.
Susana Szwarc
De El libro (no) de los Salmos – Inédito.
Ph / Feliza Bursztyn, 1968