Insomnio en el Boulevard Duke Ellington
Me dormí alrededor de las 4 AM
con la televisión encendida
Van Heflin & Barbara Stanwyck
ingresaron a mi sueño interrumpido
A veces la única salida
es morir, pero felizmente
alguien más escapa,
toma la ruta, y continúa el
viaje
Ya despierto a las siete, voy a la oficina postal,
y envío dos caimanes
a Bruselas,
la lectura de la columna de Gabriel en NEWSDAY
sobre el verdadero significado del armario,
produce náuseas, ordeno un huevo duro
que ya viene descascarado
y lo hago puré en una taza.
¿Acaso mi corazón anhela, también,
su hora de muerte?
¡Por favor tráiganme una orden
de nieve fría!
*
Si pudiera recordar tan solo una fracción
de lo que dije en el teléfono
Si él se pudiera quitar la ropa
y sentar en las aguas del río Ganga
Si ella pudiera ver el perfil de Caliban
en el humo sobre los campos de petróleo
Si tan solo pudiéramos marchar e ir a Madagascar
Si dejaran de matarse unos a otros
y despertar mañana por la mañana
con una nueva visión
Yo metería mi cabeza en una máquina tipográfica
así podrás leer hoy en el diario de mañana:
¡EXTRA! ¡EXTRA!
Lean todo sobre el tema:
¡Los cerebros de los poetas demuestran ser útiles!
P.D. A veces cuando recojo mi pluma
gotea oro por todo el mantel.
Imaginá a Jean Cocteau
Imaginá a Jean Cocteau en el vestíbulo
sosteniendo una antorcha
Imaginá el acto de un perro amaestrado,
una banda de Rock & Roll
Imaginá que soy Curly de Los Tres Chiflados
disfrazado de William Shakespeare
Imaginá que soy el sobrino del alcalde
de Nueva York o rey de Nepal
(¡y no dije Napoleón!)
Imaginá lo que debe ser estar en el centro
de las luces cuando añorás el rincón más
oscuro
Imaginá la Patrulla Fantasma, la Orquesta
Tribal
Imaginá un elefante tocando la armónica
o alguien pesando los huesos al borde
del desierto de Afganistán
Imaginá que estos poemas son momentos grabados
de una sanidad temporal
Imaginá que el reloj ha sido retrasado
–o adelantado- cien años en vez de una hora
Pretendamos que no tenemos lugar a dónde ir,
que estamos aquí en el Cosmic Hotel,
que nuestros bolsos están llenos y que tenemos sólo una hora
para el check out
Imaginá todo lo que quieras pero sabé que no es la
imaginación sino la experiencia lo que hace a la poesía,
y que detrás de cada imagen,
detrás de cada palabra hay algo
Estoy tratando de decirte algo
que realmente sucedió.
Del Diario Marroquí – 1987
Mi corazón se siente como un diamante sin cortar
Si bien es el mismo, no es lo mismo
¿Alguien habla de un puente que debe ser construido desde Tánger
hasta Algeciras o acaso era Gibraltar?
“Si & después una autopistas hasta las estrellas o mejor aún
un ascensor al Inframundo”, dice Turbante Amarillo
a Blanco Jellaba mientras los exhaustos vapores del autobús
los sumerge, sin dejar siquiera una sombra por detrás.
¿Es ese Mel Clay el de la chaqueta blanca doblando la esquina?
No, es producto de mi imaginación escapada de un asilo
¿Es aquel Ian Sommerville caminando por la calle hacia atrás
como si fuese tirado por un imán gigante?
No, ese es William Burroughs produciendo electricidad
con gatos muertos.
¿Es esa Tatiana reluciente en Maxiton?
No, es el sol bailando en un boul de azúcar.
¿Es ese Marc Schelfer vacilando en la cornisa?
No, es un promontorio en el viento del tiempo
por caerse al mar.
¿Es la Sinfonía n.º 9 de Beethoven esa que tocan
en la calle?
No, es el sonido del carro de pan retumbando sobre los adoquines
¿Es ese George Andrews de la mano de dos niñas buscando pan?
No, es un objeto no identificado apunto de aterrizar.
¿Es aquel el tuerto Mose colgado de los tobillos?
No, ese es el ahorcado inventando el Taro.
¿Están los muertos realmente tan fascinados en hacer el amor?
Si, así es como viajan.
¿Es ese Irving en pantalones cortos, buscando roña?
No, ese soy yo incapaz de dejar de pensar.
¿Es ese Kenneth Halliwell buscando a Joe Orton?
¿Es esa Jane Bowles buscando a Sherifa, Rosalind buscando a
su bebé, Alfred buscando su pelo perdido?
¿Es esa la peluca de todo, la bata remendada de mi cerebro,
el viento hablando consigo mismo?
Brion está muerto y Yacoubi está muerto, y yo no estoy triste
fantasmas que lo recuerdan todo, la urdimbre y el ladrido de los recuerdos,
su slip amarillo, su concha depilada, su hijo idiota.
Dream Shuttle me hace existir en todas partes a la vez.
Los mendigos ciegos guiados por niños continúan viniendo.
“Todos tienen muchas casas en el kasbah,”
convierte a los incrédulos chupando azúcar.
Palabras continúan regresando como Bezezel por tetas, Lictcheen
por naranjas, como Mina, como Fatima, como Driss Berrada
bajándose los pantalones para una inyección en el medio
de su negocio.
La maleta está llena de viejas fotografías color sepia
niñas con sus pechos desnudos fumando hookahs, etcétera.
Hablamos de cataplana la niebla que obscurece, inclusive,
el cielo que no podés ver; ni siquiera tu mano contra la cara.
Nos abrazamos, dice que pensó en mi ayer nomás,
dice que hay siempre nueve hombres idénticos a nosotros
en el mundo y que somos los décimos.
Hablamos de las redes de oro en el cielo sobre Moulay Absalom.
Los basureros con sus botas de goma van por el zoco empujando
sus carros de basura.
Una mujer sin velo baja de un taxi, tambalea, y se dirige a casa
antes del amanecer.
Paul no podía creer que esa era la Karma Street, yo jamás lo voy a olvidar.
Y Billy Batman, que hacía el mejor hash del mundo,
se le cayó un arma cargada en Kabul, disparándose él mismo en las bolas,
tomó heroína y se recostó para morir.
Ahora debo levantarme de mi mesa en la Café Central.
No más Dr. Nadal, no más ventana con cruces rojas y rojas crecientes.
El agua arrojada de los baldes corre por los pisos del café y sobre las veredas
y yo dejo caer un dírham en la mano
de un mendigo ciego cantando en la oscuridad de las escaleras Americanas.
CANCIÓN DE OMA
Buda se sienta en posición
de campana
Lleva la sonrisa de los niños
en sus dedos
En el reino del ojo
nosotros reverenciamos tanto al Sol como a la Luna
llenando nuestros bouls
de arroz verdadero
Odin dio un ojo suyo
para recuperar el conocimiento
que había perdido
& entonces se vertieron
a través de su nariz
Las lágrimas del fantasma hambriento
se derramaron por la cara de nuestros sueños
Esta es la historia de su templo
En los ojos de Dios
el perro es reflejado
En los ojos del perro
vos podés ver a Dios,
la cara de nuestra civilización
con el espejo del dinero de plástico
rebotando de plano la luz de la cruz
En el camino, ebrio,
se deshizo de
los colores, los lagos,
el karma de una cabra.
IRA COHEN
Versión de Augusto Munaro
ph / Ira Cohen, 1982